ASCADE propone alternativas a las medidas que puedan dañar el futuro académico de los alumnos.
Ante las noticias que están surgiendo procedentes de diversos países europeos, con respecto al cierre del curso escolar mediante la fórmula de otorgar un aprobado general, ASCADE, Asociación de Academias de Madrid expresa su rechazo frontal a esta idea para el caso español. “Supondría un desastre de consecuencias nefastas para nuestro sistema educativo”, dice Antonio Barbeito, presidente de la Asociación. “Todos conocemos de sobra la difícil situación en la que nos encontramos, pero no es motivo para llevar a cabo medidas precipitadas que pueden hipotecar el futuro académico y, por consiguiente, profesional, de los estudiantes”.
ASCADE justifica su postura, en primer lugar, porque un aprobado general, como se propone en Italia, supondría una cortedad de miras hacia el futuro con respecto al alumno, que, al ver mutilados los contenidos de este curso, no podrá hacer frente a los mismos el curso que viene y dificultará enormemente su aprendizaje progresivo. Por otro lado, además de que el esfuerzo y el mérito del alumno que haya llevado el curso correctamente se verán perjudicados, el alumno que haya ido suspendiendo o con un rendimiento más bajo también se verá perjudicado a corto plazo: un aprobado falso o por falta de méritos no impedirá que el año siguiente vuelva a encontrarse en la misma situación académica, si no peor. Además, supondría un peligrosísimo precedente en caso de que se volviera a la situación de estado de alarma en un futuro.
Por último, cabe señalar que acordar un aprobado general llevaría inmediatamente a que el alumno desconectara académicamente de todo y a que la labor de los profesores durante todo este confinamiento hubiera sido en vano, en un momento en el que el trabajo es indispensable para crear rutinas y mantener la mente activa que es algo que beneficia a todos.
Desde ASCADE se propone que el curso escolar se prorrogue hasta julio, recuperando así el tiempo lectivo perdido, así como la reinstauración de los exámenes en septiembre. Estas dos ideas permitirían, principalmente, que el nivel académico de los alumnos no cayera; de igual modo, daría una segunda oportunidad a aquellos estudiantes que no alcanzaran el nivel exigido en su curso y, con ello, que el curso siguiente no tuvieran carencia alguna de conocimientos.
Comunicación: Belén Moreno
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